La directora de Ventas para el Cono Sur de Gameloft explica cómo este desarrollador de juegos para móviles también incorporó la venta de publicidad en sus plataformas.
Con la incursión de Google en el negocio de los smartphones y su casi infinita oferta de juegos gratuitos en su tienda Google Play, el escenario para los desarrolladores tradicionales de videojuegos cambió radicalmente. La alternativa era adaptarse a la nueva realidad o desaparecer del mercado.
Fue el caso de Gameloft, una de las más grandes empresas dedicadas a desarrollar y editar videojuegos para dispositivos móviles.
La compañía con sede central en Francia cuenta con 200 millones de usuarios únicos mensuales conectados a nivel mundial y 20 millones de impresiones diarias. En Argentina, posee nada menos que dos millones de usuarios únicos mensuales y cerca de 200 mil usuarios conectados a diario. Con una oferta de 350 juegos, es la número uno mundial en términos de audiencia conectada, según comScore.
Sin embargo, lo impactante de sus números no la liberaba de la necesidad de adaptarse a la nueva realidad provocada por Google. Por eso, su CEO, Michel Guillemot, planteó la idea de comenzar a comercializar publicidad en sus productos.
“Tenemos millones de usuarios conectados en el mundo que no pagan por jugar nuestros juegos y contamos con una capacidad enorme para segmentar, conocemos a estos usuarios”, dijo al respecto Paula Haurie, directora de Ventas para el Cono Sur de la compañía.
“Un ad network gestiona inventario de un tercero, nosotros somos los propietarios de las aplicaciones, sabemos en qué teléfono se instala cada juego, qué compró cada usuario y qué otros juegos tiene”, agregó.
Por ese motivo, Gameloft desarrolló un ad server propio y una oferta de varios formatos, como banners, intersticiales y videos, además de formatos premium, que permiten retoques en los juegos para que pueda llevarse a cabo una fusión con la marca.
Haurie explicó que la oferta incluye tres formatos premium: video incentivado, evento esponsorizado y mini game.
“Con el formato incentivado, el usuario al que se le acaban las vidas tiene dos opciones: comprar una vida o mirar un video, con el que obtiene una vida de obsequio”, dijo.
Agregó que con el evento esponsorizado, “se le ofrece a la marca la posibilidad de brindar un concurso o un desafío en el juego durante cierto período de tiempo”.
Esta alternativa, con un nivel de adhesión muy alto entre los usuarios, cuenta en Argentina a Movistar como cliente, pero en otros países han participado empresas como Huawei y Mini Cooper, en Latinoamérica, y BMW y Mercedes-Benz, en Europa.
Por último, el formato mini game es un intersticial de 40-60 segundos que corre en el juego y que invita a un desafío relacionado con el producto. Cuando termina este mini game, el usuario sigue con su juego habitual.
“Esto es ideal para marcas que quieren hacer algo original y no desean invertir en una app, que muchas veces es un gasto superfluo”, explicó la directiva.
La corporación, que comenzó con los ya clásicos Block Breaker y Asphalt, el juego móvil de carreras más descargado de la historia, hoy desarrolla juegos para todas las plataformas móviles e incluso en versión Java para los teléfonos que están quedando obsoletos.
“Nuestro negocio es de consumo masivo, no es de nicho como los videojuegos de plataforma”, dijo Haurie. En América Latina, no todo el mundo tiene acceso a una consola y el juego móvil, de alguna manera, la reemplaza”.
“Los juegos de Gameloft se han hecho muy populares en la región, donde tenemos una base activa muy grande. Los usuarios han entendido, desde hace mucho tiempo, que pueden descargar un juego en alta definición, jugar multiplayer y contar con muchas prestaciones a un precio mínimo e incluso free”, finalizó.