Se trata de “Orgullo y prejuicio: cambio de mentalidad en una era de incertidumbre”, que aborda los puntos de vista de cerca de 12 mil personas en 37 mercados del mundo, e indaga en el rol de las marcas en un contexto global de transformación social y económica.
Havas Group lanza “Orgullo y prejuicio: cambio de mentalidad en una era de incertidumbre”, una nueva entrega de su serie de informes Prosumer. En esta oportunidad, el estudio busca entender cómo están respondiendo las personas en tiempos de intensas transformaciones sociales y económicas, y qué rol toman las marcas en este proceso. En este contexto, la compañía apunta a desarrollar propuestas para que las marcas puedan aliviar preocupaciones y reforzar la felicidad de los ciudadanos.
Havas Group tomó las experiencias y puntos de vista de cerca de 12 mil hombres y mujeres en 37 mercados de todo el mundo, entre los que se destacan Argentina, Australia, Bélgica, Brasil, Canadá, China, Colombia, Francia, Alemania, Italia, Japón, México, Rusia, Sudáfrica, España, Turquía, el Reino Unido y EEUU, entre otros.
En el marco de un mundo en crisis, con alta notoriedad de corrupción política, extremismo violento, terrorismo, desigualdades cada vez más amplias y conflictos de refugiados, crecen los pensamientos desalentadores sobre el futuro y, al mismo tiempo, se producen importantes transformaciones ideológicas en todo el globo. En este sentido, “Orgullo y prejuicio: cambio de mentalidad en una era de incertidumbre”, aborda cuestiones como el aumento de neopatriotismo, la identidad, los límites de la democracia, las prioridades en los gastos del Estado y cómo se construye a nivel público y personal la felicidad, así como los espacios de oportunidad para las marcas en estos aspectos.
A partir de esta base, Havas Group señala la importancia de los prosumidores, el 20% de consumidores que, como ciudadanos proactivos e informados, constituyen los principales factores de influencia y marcan el ritmo del mercado, influyendo en los cambios que realizan las marcas y en las decisiones de los demás consumidores, ya que lo que ellos están haciendo hoy, los consumidores corrientes probable lo harán dentro de seis a 18 meses.
“Las marcas tienen la oportunidad de participar activamente en la construcción de confianza calmando las preocupaciones ciudadanas y tomando partido en cuestiones como la seguridad, los mercados financieros o la independencia energética, desarrollando soluciones vinculadas a cuestiones de interés emergente”, plantea Ernest Riba, head de Desarrollo de Negocio y Producto en el Grupo Havas.
En este sentido, el estudio arriba a diversas conclusiones entre las que se pueden destacar las siguientes:
- “Mi país soy yo”: En un mundo marcado por la crisis y la incertidumbre, la gente está resignificando los valores y símbolos del pasado. En lugar de centrarse en la globalización, la accesibilidad, la diversidad, y otros ideales más modernos, muchos están girando hacia el interior y la búsqueda de la seguridad desde lo familiar, incluyendo el patriotismo y, los más fanáticos, el nacionalismo.
- Auge de la identidad nacional: Haber entrado en una era de neopatriotismo hace que las personas busquen integrar dos identidades: sus ciudadanías globales y las nacionales. Este cambio conlleva implicancias importantes para las marcas, entre ellas, un valor elevado en la procedencia de producto.
- Democracia participativa: La mayoría de la gente cree que si bien la democracia es la mejor forma de gobierno, hay mucho por mejorar, y existe una preocupación generalizada sobre la pérdida de autoridad en la sociedad moderna, por lo que se impulsa una apertura hacia formas más colectivas de gobierno.
- Circuito cerrado de televisión y xenofobia: El aumento de los ataques terroristas a nivel mundial ha profundizado inseguridad y miedo. En respuesta, muchos están dispuestos a renunciar a algunas libertades personales con el fin de sentirse más seguros. Así, crece la aceptación al montaje de cámaras en espacios públicos y existe un porcentaje considerable de personas dispuestas a ir incluso más allá, prohibiendo inmigrantes o aprobando la encarcelación directa de sospechosos de intención terrorista.
“Nuestro estudio muestra que los ciudadanos del mundo no sólo miran a los gobiernos en función de ciertos componentes ligados a su felicidad y bienestar (en particular, la salud, la educación, la defensa y la estabilidad económica), sino que hay un amplio margen para que las marcas contribuyan a muchos de los condimentos ‘extras’ que hacen a este estado, incluyendo la tecnología, la cultura y las artes”, resalta por su parte Federico Lamaison, CEO de Havas Buenos Aires que también recuerda cómo en 2011 las Naciones Unidas aprobaron una resolución que puso la “felicidad” en su agenda de desarrollo global.