Recientemente, la unidad de nuevos negocios de Cervecería y Maltería Quilmes lanzó al mercado un producto para Argentina que promete desafiar las convenciones existentes sobre el consumo del vino en el país: Blasfemia, el primer vino en lata de la Argentina. Conocé a los blasfemos detrás de esta innovación
Lejos de querer encajar en el elegante mundo del vino, Blasfemia, como su nombre lo indica, parece haber llegado para romper con los dogmas del universo de la tradicional bebida y proponer una forma de consumo completamente distinta. Sin copas, sin oxigenación ni rituales, porque nada de eso es necesario para disfrutar de un buen vino.
Esto es lo que entendió draftLine a la hora de crear esta Blasfemia al vino de siempre.
Las latas de Blasfemia ya están en el mercado en 3 variedades con curiosos nombres que hacen referencia a pequeñas blasfemias de la vida cotidiana como el tinto malbec-syrah, que tiene por nombre “Ojotas con medias”, el blanco gasificado torrontés-chenin cuyo nombre es “Cortar el Spaghetti” y el rosado gasificado que se llama “Jean con jean”.
Sobre el branding del nuevo producto, Diego Gueler Montero, Director General Creativo de DraftLine dice: “Empezamos por preguntar acerca de la función de todos los rituales y convenciones que existen alrededor del vino y nadie nos dio una respuesta convincente. Así, llegamos a la conclusión de que más que un vino en lata, teníamos entre las manos una Blasfemia al vino de siempre. Esta es la segunda marca que creamos en draftLine”.
En cuánto a la creación del producto, Paula Marconi, ex Directora Ejecutiva de draftLine (actual VP de Marketing de Cervecería y Maltería Quilmes), afirma que “En esta ocasión, junto al equipo de marketing, participamos en todo el proceso: desde la decisión del sabor de cada variedad, hasta la elección del nombre, la personalidad de marca, el diseño del pack y su comunicación que se verá más adelante. Trabajos como estos son los que mejor representan a draftLine”.