Facebook y Google poseen el 78% de la cuota de mercado de los Estados Unidos dentro del espacio de publicidad digital de 80 mil millones de dólares. Entre las dos compañías, su valor supera los 1.2 billones de dólares.
Estos “monopolios” (formalmente: oligopolios) dominan el espacio digital. Día a día sus acciones se vuelven cada vez más grandes. En última instancia, sus prácticas dominantes perjudican a las pequeñas empresas y a la competencia.
¿Pero cómo se rompe a Google y a Facebook?
Los gigantes tecnológicos tienen varios juicios anti-monopolio en su contra. Están siendo investigados por la Comisión Federal de Comercio y por el propio congreso estadounidense de manera bipartidista. Recientemente, los fiscales generales de 50 (si, leíste bien: cincuenta estados) de los Estados Unidos abrieron investigaciones a los dos gigantes tecnológicos, lo que significa un nuevo golpe para los principales players de tecnología. Esto después que el Departamento de Justicia del gigante del norte les abriera su propia investigación antimonopolio.
Los cincuenta fiscales generales que se están uniendo a una investigación sobre Google sobre posibles violaciones antimonopolio, son liderados por el fiscal general de Texas, Ken Paxton. Demócratas y Republicanos, habitualmente divididos, se unen en una investigación sobre las prácticas publicitarias de Google. La investigación incluye al Distrito de Columbia y Puerto Rico. California y Alabama no están involucrados en la investigación, dijo Paxton en una conferencia de prensa.
“Cuando ya no hay un mercado libre o competencia, esto aumenta los precios, incluso cuando algo se comercializa como gratuito y perjudica a los consumidores”, dijo la procuradora general de Florida Ashley Moody, republicana. “¿Es algo realmente gratuito si estamos cediendo cada vez más nuestra información de privacidad? ¿Es algo realmente gratuito si los precios de los anuncios en línea aumentan según el control de una empresa? “
Ya hace años los anunciantes del mundo vienen pidiendo más transparencia a Facebook y Google. Basta con recordar cuando en el año 2017, Procter & Gamble, considerado el mayor anunciante del mundo, exigió cambios profundos a los gigantes tecnológicos durante la Reunión Anual de Liderazgo de IAB.
En esa oportunidad Marc Pritchard, Jefe de Marca de P&G presentó un plan de cinco puntos para mejorar las decisiones para la inversión publicitaria y comunicó que no contrataría a agencias digitales que no cumplan con estas normas. Las mismas contemplaban adoptar un estándar de visibilidad, implementar la verificación de terceras partes, obtener contratos de agencias transparentes y prevenir fraudes publicitarios, todo con la idea de que las relaciones con las empresas tecnológicas sean transparentes, limpias y productivas.
Nuevas Propuestas: La Portabilidad de los Datos
Otras propuestas para desarticular el poderío de Google y Facebook apuntan a sus datos. Diversos actores alrededor del mundo comienzan a sugerir que se debe pagar al usuario por el uso de su información, fomentando la idea de que las personas sean propietarias y se beneficien de la venta de su propios datos.
La portabilidad de los datos y la venta de los mismos por parte de los usuarios podría convertirse en un flujo de ingresos para casi todos y obligaría a los gigantes a pagar por su materia prima. En última instancia, esto nivelaría mejor el campo de juego para otros competidores, para otras empresas digitales, que también podrían pagar por los datos. Que los usuarios controlen sus datos les permitiría comenzar a vivir en un mundo en el que deciden si quieren recibir dinero por ver anuncios o no.
Los monopolios dicen que su modelo de negocios es un intercambio donde obtienen la información del usuario, y a cambio, el usuario obtiene la experiencia de utilizar su plataforma. Pero en realidad, el usuario es su materia prima, su producto.
Cuando se aprobó la ley de portabilidad de números de teléfonos, los mismos se volvieron propiedad personal y el usuario obtuvo el derecho a utilizarlos con un proveedor u otro. Esto permitió que las empresas telefónicas se volvieran menos dominantes. Eso es lo que hace la competencia. Una sola empresa, o dos, no deberían ser autorizados a suprimir la competencia.
Imaginemos el impacto del control y la portabilidad de los datos de las personas de todo el mundo. La gente se beneficiará más a medida que los monopolios se vuelvan menos poderosos y aumente la competencia con empresas más pequeñas.
¿Qué pasaría si los usuarios pudiesen controlar sus datos y aprovecharlos como lo desean? Aún mejor, ¿Qué pasaría si puede negociar la venta de esos datos con compradores como Amazon Google y Facebook y cientos o miles de otros? Más importante: ¿Los gobiernos, anunciantes y usuarios podrán romper el monopolio?
